Ensaimadas.

Y si nos gustan las ensaimadas, los croissants, las napolitanas y todas estas tentaciones porque no las hacemos en casa que aunque también sean enemigos de la báscula son más sanos porque son naturales y el sabor también es diferente y como suele ser todo lo casero también más rico. 

Así que hoy os presento unas ensaimadas que os invito a que realicéis aunque el proceso sea un poco pesado. 

Ingredientes (8 unid).

Poolish: 
100 g harina fuerza
100 ml agua
2 g levadura instantánea de panadería o 4 g de levadura fresca 

Preparación:

Mezclamos todos los ingredientes y los dejamos reposar en un bol, tapado, durante 3 horas como mínimo.

Para la masa:

200 g poolish
80 ml agua 
120 g azúcar
6 g sal
30 g huevo
4 g de levadura de panadería o 8 g de levadura fresca.
10 ml aceite oliva
300 g harina de fuerza

Preparación:
Preparar todos los ingredientes y añadirlos de uno en uno según los he ido nombrando en la lista anterior. Amasar el conjunto durante 25 min
Dividir la masa en 8 porciones de 80 g y dejar reposar durante 20 min.

Para formar las ensaimadas:
Aceite de oliva
Mantequilla o manteca de cerdo
Canela en polvo

Preparación:

En primer lugar, engrasar la encimera. Vamos a hacer el mismo proceso con cada una de las bolitas. Cogemos una de las bolas y con un rodillo la aplanamos hasta dejarla muy finita, casi transparente pero sin que se rompa. Untamos toda la superficie de la masa con la mantequilla o la manteca y espolvoreamos un poco de canela.

Enrollamos la masa y le damos forma de caracol. Cuando hayamos terminado con todas las bolitas, las colocamos sobre una bandeja de horno forrada con papel vegetal. Las dejamos fermentar durante 12-15 horas, los más aconsejable sería hacerlas la tarde del día antes para poder hornearlas a la mañana siguiente y dejarlas una noche levar.

A la mañana siguiente, precalentamos el horno a 210º solo por debajo durante 6 min y una vez transcurridos ponemos la posición de arriba y abajo otros diez minutos.

Las servimos espolvoreadas con abundante azúcar glass.

Sugerencia: si no queremos morir por una indigestión de ensaimadas, podemos congelarlas antes de las 12 horas de fermentación y cuando tengamos deseo de una las descongelamos la noche antes y las dejamos reposar durante toda la noche para a la mañana siguiente hornearlas y disfrutar de una estupenda ensaimada casera tiernísima.